Felipe Flores Quijada fue uno de los delanteros destacados en el fútbol chileno en las décadas de los 90’ y en el 2000. Gran parte de su carrera la desarrolló en Deportes La Serena, en tres periodos distintos en ocho años. Aunque en el cierre también vistió la camiseta de Coquimbo Unido.
"Me siento orgulloso de haber jugado en los dos clubes", concluye tajantemente el goleador en conversación con anfp.cl.
En estas dos camisetas, Felipe Flores se convirtió en el máximo goleador del este tradicional enfrentamiento en Primera División, anotando seis goles (4 en La Serena y 2 en Coquimbo). El propio exdelantero admite que la realidad era distinta a lo que se vive actualmente.
"Siento que viví el clásico de antaño y el clásico moderno. Siempre ha existido esa rivalidad, pero antiguamente no era como es ahora, en el que cada partido se considera una guerra y que los jugadores no se soportaran. Para muestra un botón: todos los contemporáneos de La Serena, Coquimbo y Ovalle somos amigos, y hoy cuesta tener una buena relación porque el hincha es muy delicado y se enojan", relata, añadiendo que cuando era joven tenía contemplado jugar alguna vez en Deportes Ovalle.
Flores era considerado como referente papayero, hasta que en el 2007 fichó en Coquimbo, sintiendo el rechazo de la hinchada. "Antes era normal jugar por los dos equipos", explica, recordando casos como el brasileño Tonino, de gratos recuerdos en la región en los 80’. "El error más grande en La Serena es haber convertido más de 100 goles", ironiza.
El ex atacante además, relata cómo vivió el clásico en las dos veredas: "En las inferiores de La Serena, te recalcaban lo que significaba el clásico. Cuando subí al primer equipo, disfrutaba jugar este duelo. En Coquimbo Unido estaba en otro momento de mi carrera y fue más complejo, porque me preocupaba saber qué consecuencias me iba a generar si anotaba un gol, dada las reacciones por parte de las hinchadas”, cuenta.
El clásico que más atesora, curiosamente no anotó, pero sí tuvo trascendencia: fue el 12 de diciembre de 1998 en el estadio La Portada, última fecha del torneo, jugando por La Serena se quedó con el triunfo por la cuenta mínima. "Los dos equipos nos jugábamos la permanencia y el que perdía jugaba la Liguilla de Promoción. Había mucha controversia en el medio porque con un empate nos salvábamos los dos equipos. Toda la semana se habló que nos íbamos a arreglar, estaba el famoso tema del hombre del maletín. Fue un típico clásico antiguo, a estadio lleno y lo ganamos con una jugada mía que terminó con el gol de Jorge Cerino. Celebramos mucho ese triunfo", comenta.
Han pasado casi 12 años desde que Felipe Flores Quijada dejó el fútbol profesional. Periodo en el que ha visto de los cambios que existe en su puesto. "Éramos la referencia de los equipos de provincia. Cada uno hacíamos más de 15 goles por temporada. hoy en día los delanteros hacen seis o 7 goles y son vendidos a los clubes más importantes o en el extranjero", es el juicio del delantero.
Dentro de sus argumentos, señala que “antes, el delantero improvisaba más y tenías cinco o seis oportunidades de gol por partido. Además, con suerte bajabas hasta tres cuartos de la cancha, siendo el primer defensa. Hoy son más carrileros, tienen otras funciones como cubrir al lateral volante por la banda, entre otras responsabilidades".
Profundiza que “hoy la estrategia es más fuerte. Creo que después de lo vivido con Bielsa y Sampaoli pasó a otro nivel lo que el delantero tiene que hacer en la cancha. Las referencias pasan a ser jugadores altos y que reciben centros. Quedan pocos referentes como son los casos de (Mauricio) Pinilla y (Roberto) Gutiérrez". Flores fue testigo de esa tendencia en el 2004 cuando estuvo en Portugal (Boavista).
De los actuales jugadores presentes a nivel nacional, se identifica con Nicolás Guerra (Universidad de Chile) y Patricio Rubio (Everton). “Se parecen a mí, por la estatura, contextura y porque tienen la opción de explotar otros aspectos del juego”, cierra.
Fotografías: Hernán Contreras/Colaborador Comunicaciones ANFP