Más de alguna vez ha escuchado decir: “el fútbol siempre da revanchas”. Esa frase le vino como anillo al dedo a Unión Española en el Torneo Transición 2013. Venía de perder en la final del torneo anterior, a manos de Huachipato, pero los hispanos se repusieron y se quedaron con la corona, la séptima en la Primera División.
Un torneo que terminó siendo muy exigente y con poco margen de error. Una lucha palmo a palmo con Universidad Católica y también con Cobreloa, quien fue protagonista en varios pasajes de la competencia.
El club mantuvo a su símbolo, José Luis Sierra, en la dirección técnica. Mientras que se unieron a la disciplina hispana Diego Sánchez, Matías Abelairas, Cristián Cueva y Francisco Castro más el retorno de Gustavo Canales y la aparición de los jóvenes Matías Navarrete y Óscar Hernández.
El arranque de Unión Española fue alentador: cuatro triunfos en las primeras cinco jornadas, entre ellas un categórico 3-0 a Universidad de Chile. En ese periodo sólo fue superado por Rangers como local (2-1).
Después de un empate frente a Ñublense en la fecha 6, los dirigidos por José Luis Sierra lograron una racha imparable: cuatro triunfos consecutivos. Uno de ellos fue clave para el desenlace del torneo: vencer a la propia UC en el estadio San Carlos de Apoquindo (décima fecha) con las anotaciones de Nicolás Berardo (59’), Gustavo Canales (76’) y Patricio Rubio (90 2’). Nicolás Castillo había igualado transitoriamente en los 70’.
La escuadra de colonia sacaba seis puntos de ventaja faltando siete jornadas y el título parecía que llegaba a la brevedad. No obstante, un empate con Cobreloa (0-0) y dos derrotas seguidas frente a Unión La Calera y O’Higgins frenaron el andamiaje sólido de los rojos y le dieron vida a la escuadra universitaria, que los alcanzaba en el primer lugar en la jornada 13, ambos con 26 puntos. Mientras que Cobreloa pisaba los talones con 24.
De ahí en adelante, los dos candidatos fueron sólo sumando triunfos. Unión Española no solo mostraba buen juego, sino que sus partidos ofrecían suspenso, puesto que en varios duelos marcaban diferencias en el cuarto de hora final.
Las normas de ese torneo indicaban que en caso de igualdad de puntaje el campeón se definía por la diferencia de goles. En ese ítem, la ventaja era para los rojos de Santa Laura ( 19 contra 16 de la UC).
El 26 de mayo se jugó la 17ª y última fecha. Mientras Unión Española enfrentaba a Colo Colo, la UC visitaba a San Marcos de Arica.
El centro de atención era lo que pasaba en la nublada tarde en Independencia. Si bien el rival ofreció una férrea resistencia, no pudo evitar el tanto de Patricio Rubio en el minuto 73, que significó que Unión Española levantara la anhelada copa (1-0). En tanto, la escuadra cruzada hacía lo propio en el norte (2-1), pero no fue suficiente.
Fiesta desatada en la Plaza Chacabuco, escenario que, por primera vez, veía a su club diera una vuelta olímpica en torneos de Primera División (el año 1999 consiguió el torneo de la Primera B en ese mismo lugar).
Unión Española terminó sumando 38 puntos (12V-2E-3D). Su máximo anotador fue Patricio Rubio con 8 tantos, seguido de Gustavo Canales con 6.
Fotografías: Comunicaciones ANFP