A mediados de diciembre del año pasado, Mauricio Riffo asumió la banca de General Velásquez en reemplazo de César Bustamante. El acogedor ambiente de San Vicente de Tagua Tagua fue parte de sus inicios hace 25 años como ayudante técnico y ahora en su retorno a la zona lo hacía con titánica tarea de no tener apremios con los puestos de descenso.

“Encontré un equipo muy trabajado, mejoramos algunas cosas tácticas y terminamos en el cuarto lugar. Perdimos solamente con los que estaban arriba”, señaló el entrenador de 56 años en conversación con campeonatochileno.cl.

Su registro fueron cinco victorias y tres derrotas, quedando en la cuarta posición en la temporada 2020. Números que mostraron su vigencia como entrenador.

“Hay un reto íntimo de volver a dirigir, de demostrar que aún tengo mucho que entregar. Siento que seguimos capacitados de dirigir en Primera o Primera B y esta campaña me ha servido de base. Pero primero queremos hacer un buen trabajo en el club con gente de casa, proyectando al equipo”, sostiene el entrenador, que meses antes tuvo un fugaz experiencia por Deportes Linares, sin dirigir un solo partido. Una situación poco habitual en su currículo, caracterizado por tener largas estadías ya sea a cargo de un primer equipo, como en las series menores.

“Me considero un entrenador institucional. Solamente en Magallanes estuve un año, pero en San Luis y en la Universidad de Concepción, estuve cinco. Otros tres trabajé en Limache. Me gusta dejar cosas y ser parte del crecimiento de las instituciones, como en este club que debe desarrollar sus divisiones inferiores”, proyecta.

Tras el buen cierre de temporada, Riffo se mantuvo en la escuadra de la región de O’Higgins. Apelando al ingenio en la conformación del plantel, apostó por la identidad local reteniendo a varios jugadores como son los casos de Manuel Olea, Juan Pablo Carrasco, Michael Sandoval, entre otros.

Dentro de las incorporaciones, volvieron Patricio Troncoso y Wladimir Cid, además de la llegada de los hermanos sanvicentanos Claudio y Juan Abarca. Especialmente, este último de gran trayectoria en el futbol nacional.

“Tuvimos que buscar y seducir a jugadores en todos los sentidos. Como es el caso de Juan Abarca que tenía otras ofertas pero al final quiso jugar en el club de su ciudad. También, el haber trabajado en las series menores nos permite conocer jugadores, como por ejemplo en la Tercera División con jugadores que estaban en Limache, Provincial Ranco. Como cuerpo técnico hemos hecho una importante búsqueda de jugadores aunque considerando el presupuesto y la idea de juego que tenemos”, admite el entrenador.

En las dos primeras fechas del Campeonato Segunda, General Velásquez ganó el clásico frente a Colchagua CD e igualó agónicamente frente a Deportes Concepción. “Sobre lo bueno debemos mejorar. Esperamos que se prolongue este inicio”, apuntó Riffo.

LA VIGENCIA DE HUMBERTO

En sus inicios en el banco, Riffo tuvo un reto que marcaría el destino de uno de los jugadores más destacados en los últimos años en el futbol chileno: Humberto Suazo.

Como en varias plazas, “Chupete” encandiló en la cancha, siendo campeón y goleador con los canarios en la temporada 2003. “Lo tuve en San Antonio Unido y en San Luis, en el que pudo relanzar su carrera”, cuenta el entrenador.

En la actualidad Suazo sigue jugando en la elite con la camiseta de Deportes La Serena. “Estoy contento que siga jugando, haciendo goles y asistiendo, algo que ya lo hacía cuando lo dirigí. Lo veo contento jugando, a veces se ofuscaba, pero ahora está más tranquilo”, señaló.

A Mauricio Riffo no le sorprende el nivel que muestra el goleador en el norte a sus 40 años, afirmando que “Humberto es especial, por eso lo denominan que ‘viene del Planeta gol’. Siempre fue un jugador tocado por la varita mágica, en el sentido que cuando empieza a jugar se pone rápidamente en forma”.